Mujer-madre : su dinámica familiar desde su potencialidad y capacidad de agenciamiento
Resumen
Asumimos de forma espontánea, y sin queja alguna, que los roles masculinos
eran los justos y oportunos, que debíamos imitarlos para lograr la igualdad, que
éramos nosotras, y no ellos, las que teníamos que cambiar. Y así lo hicimos,
ocultando nuestros sentimientos y afectividad por miedo a ser tachadas de
débiles o blandas, intentando ser frías y competitivas y adoptando un aspecto
varonil, nos traicionamos a nosotras mismas, sacrificamos nuestra alma
femenina, a cambio de ser aceptadas en el universo masculino y nos
transformamos en hombretonas, imitando los comportamientos y maneras de
vestir de los varones. Hablamos, en efecto, de ese ser corpóreo, vivo, humano,
universal, y que ha acontecido desde su singularidad y se hace vital reconocerle
y reconocer-nos como múltiple, en una crucial conversión de miradas, de
aquello que somos, que reconstruimos.