El inventario nacional bovino se ha visto afectado tanto por crisis con Venezuela y por los fenómenos ambientales recurrentes y cíclicos que azotan al país como lo son el fenómeno del “Niño” y la “Niña” que han dejado como consecuencia pérdidas económicas y la muerte de animales en el país. La termorregulación animal es un mecanismo neuroendocrino, el estado homeotérmico se alcanza mediante mecanismos fisiológicos y conductuales que modifican la velocidad de pérdida de calor por el organismo, de producción de calor por el metabolismo de los alimentos o las reservas corporales de energía. Teniendo en cuenta lo anterior se puede definir el estrés térmico como una respuesta biológica producida cuando un individuo percibe una amenaza a su homeostasis. En animales de producción los generadores de estrés pueden ser divididos en factores físicos, sociales (resultantes de las interacciones con los individuos de la misma especie) y las prácticas relacionadas con el manejo; generando una respuesta al estrés. Su origen es multifactorial, por lo cual sus causas son difíciles de cuantificar, tipificar y por lo tanto controlar. Los principales factores capaces de afectar al ganado son, factores ambientales, régimen de vida, nutrición, factores quirúrgicos, manejo y enfermedades. El estrés provocado por las altas temperaturas (Puede ser por altas, bajas o fluctuaciones drásticas) afecta la eficiencia reproductiva del ganado bovino en general. Sin embargo, algunas razas son más susceptibles que otras, lo cual depende básicamente de los mecanismos que estas tiene para regular su temperatura corporal en condiciones de estrés calórico. Cuando se habla de clima frio los animales intentan conservar el calor a través de un incremento en el aislamiento del medioambiente ya sea mayor cobertura grasa, pelaje más largo y grueso, etc., o bien produciendo más calor mediante un aumento en el consumo de materia seca o el consumo de dietas más calóricas, aunque lo más probable sea una combinación de ambos teniendo en cuenta que los extremos de temperatura ambiental pueden alterar el comportamiento de los animales y ello lleva a hacer uso de las formas de traspaso de calor. Existen numerosos factores que producen estrés térmico; los más importantes son una consecuencia del aumento de la temperatura y la humedad que se traducen en una baja de expresión del estro y una reducción en el apetito y de ingesta de materia seca. Diferentes estudios han demostrado que el estrés por calor reduce el grado de dominancia del folículo seleccionado. Los niveles de progesterona en plasma pueden ser aumentados o disminuidos dependiendo de si el estrés térmico es agudo o crónico y, del estado metabólico del animal. Estos cambios endocrinos reducen la actividad folicular y afectan el mecanismo ovulatorio, lo que lleva a una disminución en el número de ovocitos y embriones de calidad. El apetito y la ingesta de materia seca también se ven afectados por el estrés térmico prolongando.Sede Fusagasugá