La calidad de la educación superior en sus diferentes niveles de formación profesional (MEN, 2008) se centra en la consecución de tres competencias globales: interpretativas, argumentativas y propositivas, así como las funciones universitarias como la docencia, la investigación, la proyección social y la internacionalización, tal como lo establece el Ministerio de Educación. Estos aspectos se articulan íntimamente con la práctica investigativa de manera tal, que al hablar de investigación se debe tener la claridad que es prioritario hacerla, además de ser capaces de consumir y utilizarla adecuada y pertinentemente en la docencia. En este marco hay que recordar, sin embargo, que la función de la investigación en la universidad, en la letra y el espíritu de la Ley 30 de 1992, se refiere a la búsqueda y generación de conocimientos, a la experiencia de investigación de alto nivel, más que al sólo hecho de involucrar productos de investigación en la docencia (Artículo, 4o).